El pasado martes 1ro de julio, el vuelo VA337 de Virgin Australia a Brisbane tuvo que ser retrasado dos horas, después de que se descubriera que una serpiente logró colarse a la carga del avión.
Debido a la iluminación, el personal del avión consideró que la serpiente era venenosa, por lo que llamaron a Mark Pelley, reconocido como “The Snake Hunter”, quien tras localizar al reptil parcialmente oculta detrás de un panel, logró atraparla.
El experto detalló que la serpiente, de aproximadamente 60 centímetros, es completamente inofensiva, sin embargo, sí era necesario desalojarla porque podía acceder a la tripulación o a otras áreas peligrosas. Actualmente, el reptil está bajo cuidado de un veterinario en Melbourn.