El estado de Florida aprobó una ley que permite a los profesores y directores de las escuelas aplicar castigos corporales a los alumnos con el objetivo de “reforzar la disciplina y el respeto en las aulas”.
La iniciativa firmada por el gobernador Ron DeSantis establece que los “correctivos” solo podrán realizarse si los padres o tutores de los menores dan su consentimiento por escrito y lo llevan a cabo frente a otro adulto para evitar “excesos o malinterpretaciones”.