En lugar de flores, abrazos o festejos, el Día de las Madres se tiñó de dolor y esperanza para decenas de mujeres que, con el corazón roto, realizaron una vigilia en memoria de sus hijos desaparecidos.
Reunidas en el Monumento a la Madre, ubicado en el Palacio Municipal, donde se colocaron veladoras con las fichas de búsqueda de sus personas desaparecidas, las integrantes de distintos colectivos de búsqueda alzaron la voz diciendo: “No hay nada que festejar”.
María Aguayo, originaria de la Ciudad de México, quien viajó a Tijuana para unirse a la brigada de búsqueda, encontró a su hijo hace tres años —lamentablemente cercenado—, sin embargo continúa apoyando a otras madres que aún viven la incertidumbre de no saber dónde están los suyos.
“El 10 de mayo no lo celebro. Me hace falta mi hijo. Es un vacío que no se llena”, expresó con firmeza. Para María, acompañar a otras madres en su dolor también es una forma de sanar.
La actividad junto a grupos de madres buscadoras, quienes decidieron realizar un acto simbólico cargado de significado: la colocación de un gran atrapasueños tejido con las cobijas que han acompañado a las madres durante sus jornadas de búsqueda.
Estas mantas, que han abrigado noches de llanto, esperanza y compañerismo, se convirtieron en símbolo del amor y la resistencia de quienes no descansan hasta encontrar a los suyos, expresó Angélica Ramírez, representante del colectivo Una Nación BuscandoT.
Maria Aguayo comentó mientras tejía, que el atrapasueños busca visibilizar el dolor de las madres y su lucha diaria. “Queríamos hacer algo emblemático, algo que la gente pudiera ver. Este atrapasueños representa nuestras lágrimas, pero también la esperanza que nos permite seguir adelante. Nos dicen que no tenemos derecho a reír, pero la sonrisa es parte de nuestra fortaleza”, comentó.
Como parte del homenaje, también se colocó un cubrebocas con la pregunta “¿Dónde están?” al pequeño que carga la figura femenina del Monumento a la Madre, en un intento por interpelar a la sociedad y a las autoridades.
Elvira Guardado Ortiz compartió su testimonio con voz entrecortada. Es madre de Alain Ortiz, desaparecido el pasado 10 de enero en la colonia Laurel II. Este es su primer 10 de mayo sin su hijo.
“Es mi niño más pequeño. Toda la familia lo estamos buscando, lo queremos encontrar. Así van a ser todos los 10 de mayo para mí, hasta que aparezca”, lamentó.
Elvira relató que la pareja de su hijo también fue levantada ese mismo día que él y que, hasta el momento, las autoridades no han brindado avances significativos en la investigación.
Para estas mujeres, el Día de las Madres se ha transformado en un recordatorio doloroso de la ausencia y del amor inquebrantable por sus hijos. Lejos de los festejos tradicionales, estas madres eligen la memoria, la búsqueda y la sororidad como forma de resistencia.